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Descripción general de la gestación prolongada en ganado vacuno y ovino

PorJohn F. Mee, MVB, PhD, DECBHM, MVM
Revisado/Modificado abr 2022

La gestación prolongada suele exceder la gestación normal entre 3 semanas y 3 meses. Las anomalías anatómicas o funcionales subyacentes en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal del feto impiden el inicio del parto y, por tanto, el final de la gestación. Las causas más comúnmente documentadas son genéticas, pero otras causas incluyen momificación fetal, infecciones, toxinas fitogénicas y causas iatrogénicas. Los casos se diagnostican superando la gestación a término. El feto puede ser viable o inviable según la causa de la gestación prolongada. El tratamiento implica la inducción del parto y, a menudo, la cesárea.

Las definiciones de duración de la gestación "normal" y "prolongada" no están establecidas, por lo que se definen arbitrariamente. La duración normal de la gestación puede definirse como la duración media de la gestación de una población (p. ej., 279 días para el ganado Holstein) ± 3 desviaciones estándar (DE) (p. ej., DE = 7 días × 3 = 21 días; 260-300 días), que incluye al menos el 99,7 % de las gestaciones. Estadísticamente, aquellos por encima y por debajo de este rango se consideran valores atípicos.

Por tanto, la duración de la gestación prolongada puede definirse como más de 3 DE más largas que la gestación normal (p. ej., >300 días en este ejemplo). Esto es congruente con la adición de la duración del ciclo estral (21 días) a la duración normal de la gestación antes de llamarla verdadera gestación prolongada debido al problema del registro inexacto de la fecha de monta, asumiendo que la vaca fue concebida en el último servicio registrado y, por tanto, un cálculo inexacto de la duración de la gestación. Aunque las gestaciones prolongadas más allá de los 300 días pueden considerarse prolongadas en la raza Holstein, estadísticamente, algunos de ellos serán fisiológicos (valores atípicos) y otros serán patológicos. Las primeras tienden a prolongarse ligeramente (en días), mientras que las segundas pueden estar muy prolongadas (en meses). La gestación prolongada es independiente del parto prolongado, pero puede ser una causa. El tema central de este capítulo es la gestación prolongada patológica verdadera, que en el ganado vacuno suele exceder los 11 meses y puede llegar a los 15 meses (6 meses después del término).

Etiología de la gestación prolongada en ganado vacuno y ovino

La fisiopatología subyacente de la gestación prolongada es un eje defectuoso hipotalámico-hipofisario-adrenal, que impide el inicio del parto y, por tanto, el final de la gestación. En muchos casos, la causa de las anomalías anatómicas o funcionales en la hipófisis o las glándulas adrenales puede pasar desapercibida.

Las causas comúnmente diagnosticadas de gestación prolongada pueden clasificarse como:

Las causas más comúnmente documentadas son genéticas, pero la momificación se produce con mayor frecuencia aunque a menudo no se registra. En los casos de gestación prolongada asociada a momificación, la causa de la prolongación es un eje hipotalámico-hipofisario-adrenal no funcional en un feto muerto retenido, mientras que en otros casos el feto puede estar vivo pero el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal está funcionando mal.

Obsérvese que el gigantismo fetal puede aparecer ocasionalmente después de la duración normal de la gestación (síndrome espontáneo de descendencia grande), con terneros de 60-80 kg, sin que se detecten anomalías del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal. Las causas de algunos de estos terneros grandes para la edad gestacional aún no se ha determinado, aunque se sospecha que existen afecciones epigenéticas. En otros casos, la macrosomía fetal de edad gestacional normal (grande para la edad gestacional) se asocia con defectos congénitos. En un pequeño porcentaje de gestaciones (<0,3 %), la gestación se prolonga técnicamente durante un periodo corto (p. ej., >300 días en vacas Holstein), pero el feto no está sobredimensionado y la madre pare con normalidad. Estos casos parecen ser fisiológicamente, pero no patológicamente, gestaciones prolongadas (es decir, valores estadísticos normales atípicos).

Patogenia de la gestación prolongada en el ganado vacuno y ovino

Factores que influyen en la duración de la gestación

Los factores más importantes que influyen en la duración de la gestación son la raza del padre, el genotipo, el sexo y la pluralidad del feto; el número de partos, la edad y la producción de leche de la madre, y el padre individual (efectos genéticos del semental dentro de la raza). Los factores ambientales, incluidos la nutrición, la temperatura ambiental y la estación del año, tienen una influencia menor.

La raza tiene la mayor influencia en la duración de la gestación. En el ganado vacuno europeo perteneciente a las especies de Bos taurus existen considerables variaciones según la raza, con razas lecheras que tienen una gestación más corta que las razas de carne (p. ej., 279 días de gestación en la Holstein frente a unos 287 días en la Charolesa). En razas de las especies de Bos indicus, a menudo se observa una duración de la gestación ligeramente mayor (p. ej., en cebúes la gestación dura 296 días).

Dentro de las razas existe una amplia variación entre toros individuales en cuanto a la duración de gestación de las crías. El genoma y el epigenoma del semental pueden influir en la duración de la gestación mediante la regulación del desarrollo embrionario. La duración de la gestación es un rasgo moderadamente hereditario (h2 para toros de monta del 30-50 %) y se incluye en algunos índices genéticos multifuncionales modernos para la selección de toros (principalmente en las industrias ganaderas estacionales) para reducir las secuelas asociadas con la gestación prolongada.

En las ovejas, aunque la duración normal de la gestación es de 144-150 días, rara vez se conoce la duración exacta de la gestación, a menos que las ovejas se cubrieran por monta natural o mediante inseminación artificial. En la mayoría de los rebaños, las ovejas están con el macho y, cuando las monta, se les realiza una marca de pintura en el tercio posterior para indicar que se ha producido la cubrición. El color se cambia en intervalos de 14 a 17 días, y tras la confirmación de la última gestación (mediante ecografía transabdominal), la fecha de parto se calcula con un margen de 14 a 17 días. La duración de la gestación es única para cada feto, pero se puede determinar una duración de gestación aproximada para cada especie y, lo que es más importante, para las razas dentro de las especies ().

Secuelas de la gestación prolongada

La gestación prolongada se asocia con un riesgo significativamente mayor de morbilidad, mortalidad y reducción de la productividad. Hay una mayor incidencia tanto de distocia como de mortinatos y sus secuelas (p. ej., membranas fetales retenidas, metritis) debido a la relación entre la duración de la gestación y el peso fetal al nacimiento (no lineal), el aumento de los días abiertos y el intervalo entre partos (lineal) y la menor producción de leche. La gestación prolongada (posmadurez) suele (aunque no necesariamente) dar lugar a un exceso de tamaño fetal (que produce macrosomía/gigantismo; terneros >60 kg). En el ganado vacuno, el feto crece aproximadamente a 350 g/día en el último trimestre de la gestación. Además, los terneros nacidos después de una gestación prolongada tienen una mayor mortalidad después del destete, una menor tasa de gestación y un mayor riesgo de ser eliminados (es decir, efectos de arrastre).

Fin de la gestación

El feto determina la duración de la gestación (día del nacimiento) en el ganado vacuno y ovino, mientras que la madre determina el momento del parto (momento del nacimiento). Los factores estresantes fetales, como la hipoxia y la hipercapnia, en asociación con la maduración y la activación de la hipófisis fetal, inducen un aumento de la producción de ACTH, lo que da lugar a una mayor secreción de cortisol. El aumento de la concentración de cortisol fetal provoca una cascada hormonal materna que da lugar al inicio del parto. La producción insuficiente de cortisol fetal y el consiguiente fracaso de la conversión placentaria de progesterona y pregnenolona en estrógenos en las ovejas y la luteólisis del cuerpo lúteo inducida por prostaglandinas maternas en las vacas (mal funcionamiento del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal) dan lugar a una gestación prolongada.

Diagnóstico de la gestación prolongada en ganado vacuno y ovino

  • Desviación de la duración conocida de la gestación.

  • Aspecto del feto.

En el ganado vacuno y ovino se suele diagnosticar una gestación prolongada cuando los propietarios notan que los signos externos de gestación tardía, que incluyen dilatación abdominal, desarrollo de la glándula mamaria, edema vulvar y relajación del ligamento sacroisquiático, son menos obvios que en otros miembros del grupo.

La gestación prolongada verdadera debe diferenciarse de la gestación prolongada falsa. Cuando se usa inseminación artificial (IA), el cálculo de la duración de la gestación puede confirmar una gestación prolongada. Una vez que se detecta la gestación, se puede fechar positivamente (p. ej., ecografía). Sin embargo, cuando se usa la monta natural (p. ej., ovejas, vacas de carne y vacas lecheras después del final del periodo de IA, y a menudo novillas) y no se detecta o fecha la gestación, la gestación prolongada puede diagnosticarse mal. Otros errores comunes que pueden conducir a un diagnóstico falso de gestación prolongada incluyen la falta de registro de una cubrición posterior (por tanto, se calcula erróneamente la duración de la gestación en >21 días), el diagnóstico de gestación defectuoso (ausencia de gestación, gemelos, fecha incorrecta de un feto) y la identificación de animales. Por tanto, las causas más frecuentes de que una vaca no pueda parir a término son la falta de gestación y un error en los registros de reproducción o identificación, no una verdadera gestación prolongada.

Dadas las causas variadas de gestación prolongada, el aspecto de los fetos afectados puede ser muy variable, desde fetos de tamaño insuficiente, momificados, inmaduros y pequeños hasta fetos gigantes, morfométricamente normales o anormales.

Los tres pasos para investigar un caso de sospecha de gestación prolongada son:

  1. Establecer si se trata de una verdadera gestación prolongada.

  2. Examinar a la madre gestante y a su feto.

  3. Necropsia del ternero afectado, si está muerto.

Las investigaciones de seguimiento solo están justificadas cuando se ha establecido un caso verdadero de gestación prolongada. La verdadera gestación prolongada es poco común en todas las especies, aunque se ha descrito con mayor frecuencia en el ganado vacuno (estimación de <1 %). La mayoría de los casos se investigan como resultado de que una vaca u oveja no parió cuando se esperaba, a término.

El primer paso en la investigación de estos casos es confirmar la duración de la gestación utilizando datos reproductivos y registros de gestación, si están disponibles. Una vez que la verdadera duración de la gestación está establecida, debe realizarse un examen clínico completo de la madre. En el ganado vacuno, las partes del cuerpo fetal pueden ser palpables por vía transrectal, identificando el tamaño aproximado del feto (muy pequeño, momificado; sobredimensionado, gigantismo) y determinando su estado (vivo/muerto). En algunos casos es posible detectar un cráneo y valorar el volumen de líquidos fetales (reducción, momificación; exceso, hidropesía). Una ecografía puede confirmar la existencia de anomalías fetales como un cráneo de paredes finas y relleno de líquido. Sin embargo, el peso de un feto retrasado puede hacer que pase bajo el rumen mientras todavía está dentro del útero, lo que impide que se pueda palpar por vía rectal.

En algunos animales, la gestación prolongada se acompaña de la formación de cantidades excesivas de líquido fetal. El origen del excesivo líquido fetal se pueden valorar mediante el análisis de las concentraciones de sodio y cloruro en una muestra de aspirado. El líquido amniótico contiene ~120 mmol/L de sodio y ~90 mmol/L de cloruro. El líquido alantoideo contiene 50 mmol/L de sodio y 20 mmol/L de cloruro. No obstante, la correlación entre hidropesía amniótica e hidropesía alantoidea y una gestación prolongada es escasa. La mayoría de los fetos gigantes tienen oligoamnios (volumen de líquido amniótico menor de los esperado para la edad gestacional).

El examen de necropsia del feto puede determinar los rasgos característicos del gigantismo fetal (macrosomía, pelo demasiado largo [hirsutismo], pezuñas largas y dientes grandes) y posibles anomalías hipofisarias o adrenales. Sin embargo, los fetos de gestación prolongada pueden tener un fenotipo heterogéneo según la causa. Después de que se ha establecido una gestación prolongada, las investigaciones de seguimiento pueden incluir la investigación de la posible exposición a plantas tóxicas, pruebas maternas para detectar indicios de exposición o presencia de fetopatógenos y análisis del pedigrí o cariotipo fetal para identificar posibles causas genéticas. En muchos casos, la causa de la gestación prolongada sigue siendo desconocida, porque los criadores o sus veterinarios rara vez realizan investigaciones exhaustivas en el campo.

Tratamiento de la gestación prolongada en ganado vacuno y ovino

  • Cuidado de apoyo con manejo perinatal apropiado de la madre.

  • Inducción del parto

En la mayoría de los casos de gestación prolongada es improbable que el feto tenga algún valor económico, pero en los casos de terneros clonados, el ternero tiene un valor económico extremadamente alto. El tratamiento debe enfocarse hacia la extracción del feto con una lesión mínima para la madre. En los casos de gigantismo fetal, la madre puede estar afectada por el peso del feto y de los líquidos asociados. Un edema doloroso delante de la ubre puede indicar rotura o inminencia de rotura del tendón prepúbico. Se puede colocar una lona a modo de sujeción alrededor del abdomen para prevenir posibles lesiones hasta que la gestación finaliza. Debe valorarse la salud general de la madre y han de analizarse las consideraciones económicas con el propietario antes de instaurar el tratamiento, teniendo en cuenta que la producción de leche puede verse afectada.

La gestación prolongada persiste en las vacas debido a la producción insuficiente de cortisol fetal y al consiguiente fracaso de la luteólisis materna inducida por prostaglandinas. Esto da lugar al mantenimiento de la gestación principalmente por medio de la producción continuada de progesterona por el cuerpo lúteo, independientemente de si el feto está vivo o muerto. Por tanto, el tratamiento de la gestación prolongada implica la inducción del parto usando corticoesteroides exógenos (con un feto vivo/placenta viable solamente) y prostaglandina (feto vivo o muerto) para simular la inducción espontánea del parto.

Tanto en vacas como en ovejas puede inducirse con éxito el nacimiento mediante la administración de un corticoesteroide (p. ej., dexametasona) seguido de prostaglandina F2alfa (o uno de sus análogos sintéticos, p. ej., cloprostenol) por inyección IM. La cascada hormonal materna que precede al parto se inicia con el corticoesteroide y la luteólisis se induce con la prostaglandina. En las vacas se pueden administrar 20 mg de dexametasona seguidos de 500 mcg de cloprostenol; en las ovejas se recomiendan 16 mg de dexametasona y 125 mcg de cloprostenol. Una sola dosis de estos dos fármacos suele ser eficaz. El parto debería empezar en 24-72 h.

Se debe vigilar atentamente un parto inducido. La asistencia puede ser necesaria si existe evidencia de inercia uterina o daño de la pared abdominal, cualquiera de los dos puede hacer que los esfuerzos de expulsión sean ineficaces o si el canal del parto no está suficientemente dilatado. Una vez que comienza el parto puede darse una malposición fetal que requiera asistencia obstétrica. Si el feto es muy grande, puede producirse distocia debido a la desproporción pélvica-fetal, y debe intentarse la extracción mediante una tracción cuidadosa (aunque no suele darse en terneros valiosos). Si esto no es posible, puede ser necesaria la cesárea. Si la madre está gravemente enferma pero se considera que está lo suficientemente bien como para resistir la cirugía, o si se trata de un ternero clonado, se puede considerar una cesárea electiva sin intentar el parto vaginal. La inmadurez fetal puede ser un problema, especialmente en las crías clonadas muy valiosas; pueden ser necesarios cuidados neonatales intensivos. Después de la expulsión del feto, puede reforzarse la involución uterina mediante la administración de oxitocina. La retención de membranas fetales se trata de la manera habitual. La fluidoterapia, los antibióticos y el tratamiento con AINE como el flunixino meglumina pueden ayudar a la recuperación y proporcionar analgesia.

Puntos clave de la gestación prolongada en ganado vacuno y ovino

  • Las anomalías funcionales o anatómicas del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal fetal provocan una gestación prolongada en el ganado vacuno y ovino.

  • Los factores genéticos y la momificación fetal son las causas más comunes de gestación prolongada.

  • El tratamiento incluye la inducción del parto y a menudo necesita una cesárea.